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Foto del escritorElvira Verón

Los hidratos de carbono, nuestro combustible

Dado que existe la falsa creencia de que los hidratos de carbono son los principales enemigos a la hora de conseguir nuestro peso ideal, te animo a leer este post para que conozcas sus propiedades y beneficios, y puedas incluirlos en tu dieta diaria perdiendo el miedo a comerlos sin engordar.

Para controlar nuestro peso, no es preciso ni recomendable descartar los hidratos de carbono de nuestra alimentación. Aunque no son un elemento estructural para la construcción de nuestro organismo, sí que es indispensable la energía que éstos nos proporcionan para realizar todas las funciones básicas.

A lo hora de elegirlos es importante tener en cuenta dos premisas: en primer lugar saber qué tipo de hidrato de carbono tomar, teniendo en cuenta la calidad, y en segundo lugar saber adecuar las cantidades que debemos ingerir.

Existen muchos tipos de hidratos de carbono, aunque los tres principales son los azúcares, almidones y fibras. El organismo absorbe y transforma los azúcares y los almidones en glucosa para utilizarlos como energía para las células, órganos y tejidos. No obstante, no todos los hidratos de carbono se absorben a la misma velocidad: los simples (dulces, azúcar, refrescos azucarados) no requieren de digestión, por lo que se absorben rápidamente y pasan directamente a la sangre.


Cuando se ingieren en grandes cantidades, el organismo no puede aprovecharlo todo como fuente de energía y se ve obligado a almacenar una parte en el hígado en forma de glucógeno y a transformar el resto en grasas (es por este motivo que no se deben consumir en exceso).


Por el contrario, los complejos (pan, pasta, arroz, patata, legumbres, cereales...) proporcionan energía de manera más lenta, puesto que deben ser digeridos y absorbidos por el intestino, proporcionándonos una energía más eficiente y duradera.


Por su lado, la fibra, que también es un carbohidrato complejo, favorece la absorción de los nutrientes de los alimentos, contribuye a la movilidad intestinal y facilita la digestión.

La manera más fácil y rápida de aportar carbohidratos de buena calidad a nuestra dieta es optar por los alimentos que no están refinados ni procesados. Es decir, decantarnos por productos frescos y, si vamos a consumir cereales, mejor todavía si son integrales, ya que contienen fibra.


En cuanto a las cantidades, según los expertos, deben representar alrededor de un 40-50% de nuestra alimentación (de los cuales un 25% ha de ser fibra) y han de estarrepartidos de manera equilibrada durante todas las ingestas diarias. Por tanto, el planteamiento frente a los hidratos de carbono no es la reducción o eliminación de nuestra dieta, sino su adaptación a nuestro gasto calórico, nuestra actividad física y, en general, nuestro estilo de vida.

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